Una pequeña vuelta de tuerca a lo cotidiano.

Tuesday, February 12, 2008


Señores, no quiero trabajar.


Así como lo lee, si mi cesantía me dejó algo, fueron las ganas de no volver a trabajar.

En casa disfrutaba de todo lo que mi madre podía darme: tres comidas diarias, TV por cable y la inagotable sensación de un mundo sin deudas. Claro es sólo la ilusión. El mundo perfecto junto a la madre se termina.

En el sofá hice mis delicias, comí sandía mientras espiaba a la vecina sin mayor pudor. Ella trabaja, y su cara de insatisfacción en la hora de regreso al hogar representa más que el oscuro deseo de realizar alguna actividad.

La desidia morbosa, así debería llamarse el cuadro apático por el trabajo que por ratos me invade.

Pero joven - comentó la anciana maliciosa – cómo no va a tener aspiraciones. Un departamento bien amoblado, un automóvil, ropa bonita, algo. Piense en forma madura- concluyó la vetusta.

No, me niego a pensar de forma madura, si trabajar significa ingresar al duro cuadro de las obsesiones del tener y todo lo que me podrían quitar, prefiero señores, no trabajar.

1 Comments:

Blogger Tito Agurto said...

Yo tampoco quiero volver a trabajar, aunque volvería encantado por cambiar lkos puntos y el dolor de post operado. Muy ilustrativo el dibujito, me recuerda a tí en el sillón de MI CASA.
Saludos
Tito

10:50 AM

 

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