Una pequeña vuelta de tuerca a lo cotidiano.

Tuesday, September 23, 2008

Deshágalo usted mismo

Hace algunos años, mi amigo Pancho y yo dimos con una filosofía de vida que daba respuesta a muchas de necesidades. Algo gestáltico, debo reconocer, pero la simplicidad de las cosas y la casualidad de las oportunidades marcó nuestra forma de pensar.
Cada salida, cada paseo o reunión era resultado de la no planificación. El caminar sin rumbo o el saludarse en la calle era una emotiva fuente de aventuras.
Así y todo hay ciertas normas que jamás se deberían cruzar, menos en una reunión con alguien a quien se conoce poco.
Marcela debería enterarse que siempre aprendo la lección, y estas son las reglas que todo simplista como yo debe mantener.

1) El vino se ve mejor en la copa.
Recién comienza la amena charla, con ese estilo de escuchar primero y luego hablar, preguntar temas casuales y cotidianos. Un vaso con vino para mi, otro para ella, no le gusta mucho, pero disimula bien. A mi me gusta menos y demoro en beberlo.
Quince minutos más tarde estoy limpiando todo el vino que me derrame encima.
Hace años no siento vergüenza.

2) Primero entender y luego ser entendido
Hablar, a eso me dedico. Mas la profesión se debe dejar en casa. Quizás tres, de las tres horas y media y tras el primer round con el vino, surgió curiosamente la necesidad de hablar. Es peor, hablé más de la cuenta.
No te temo a mis verdades.

3) Los amigos son los amigos, pero solo eso.
Todos saben que tengo una vida social amplia. Es más, dicen que tengo más amigos que Roberto Carlos. Sin embargo, irse a conversar con los compañeros no es la mejor idea. Ahora bien, las anécdotas de tus camaradas de copas son solo graciosas para ti.
Es el costo de la fama.

4) Con moderación es mejor
De hecho, el alcohol ya me había traído problemas unos días atrás, y esos españoles por suerte tenían sentido del humor.Pretender seguir bebiendo luego de lo terrible que te debes ver, es la madre de todos los errores.
Volveré a pedir solo agua tónica

5) El baile
No soy artista, yo solo hablo. La música electrogay sonando y tú con tu super gracia te vas a la pista y comienzas con esa secuencia en morse de movimientos que tienes el descaro de llamar baile. Tratas de hacer algo y nada.
Pastelero a tus pasteles- y yo así, me pasé de pastel.

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