Una pequeña vuelta de tuerca a lo cotidiano.

Monday, October 02, 2006

Entre gavilán y paloma


Los meses pasan y tu aún desempleado. El rostro kilométrico por el piso se arrastra y tu con él buscas una solución. Las deudas, tu familia , tu way of life, todo a la mierda, pensando quizá que las cosas no pueden ir peor.
Ya no vas al club, tus tarjetas reventaron, pero mantienes el tierno consuelo haber pagado las imposiciones de la nana y que no las tienes que pagar nunca más. Tranquilo la nana se demora entre 15 a 20 días en encontrar un nuevo empleo.
Estás en tu casa, tratando de mantener la dignidad saliendo temprano del departamento con la corbata y el traje muy bien puesto y al mediodía vuelves hablando por el celular, que dejaste de pagar semanas, tus vecinos del piso 8 ya saben de tus tácticas para parecer exitoso, haces que no lo aprecias y mantienes el teatro. Una vez en tu casa en vano enciendes tu TV, de 500 canales, pero ya no tienes cable y la Eli es tu compañía por las tardes.
En lo mejor del reportaje de cómo evitar las picadas de araña de rincón dada por un experto que come bichos, la música de Piazzola suena en el fondo de tu cabeza; cuando detrás de una puerta aparece tu mujer, un lindo traje de dos piezas, y así medio bailando, medio volando se acerca a tu oído y te dice “encontré pega”.
Tu mente vuela a mil, pero te arrepientes de gritar de manera frenética, no sabes si saltar en un pie por la felicidad o la frustración de ser un mantenido, maldices a su madre y a la tuya por haberte criado tan machista.
Corres a la cocina te pones el delantal y recuerdas que en media hora más llegan tus hijos del colegio. Meditas un poco pero ya eres todo un genio en el difícil arte de hacer las camas, cocinar y de la mejor técnica para mantener el blanco de las blusas de tu mujer.
Esa tarde reflexionas de lo que significa ser de ahora en adelante “la gorda”.