MADRES IMPRESINDIBLES

La tía Anita nació en el campo. Sus costumbres las acompañan desde antes que ella se diera cuenta. Nueva imperial el lugar. La fecha, no será revelada, pero se asume desde más de cuarenta años, pero como se le ocurrió salir del vientre el 29 de Febrero, envejece cuatro veces más lento que el resto de los mortales.
Su rostro siempre alegre disimula todas las penas, que a veces la consumen, las dudas sobre el mañana, la rutina de la casa, el bienestar de sus hijos la ocupan y preocupan, a veces, más de lo aconsejable.
Así como ellas, miles de Anitas en nuestro país caminan buscándoles sueños a otros, desplazando sus propias penas por alegrías ajenas.
Marina viene de San Javier, una localidad 450 kilómetros distante de Nueva Imperial. Una historia de sacrificio y amor por su hijo Gonzalo es la que marca su vida. Luego que el padre de su hijo la abandonara a su suerte en Santiago viajó al punto donde creyó vivir en paz. No se equivocó. En Tomé construyó un hogar, una familia, sólo con sus manos. 26 años después su orgullo, su sueño, su hijo está convertido en un soñador.
Bienvenidas las madres imprescindibles de siempre, aquellas que uno no recuerda, por que cuando faltan, deja un espacio que no se puede llenar.
A todas mis madres, mil gracias.